Mecanismos para un no mundo maravilloso
palpo las vibraciones de lo inefable
siento el dolor del duelo, de lo ausente
oigo el susurro de la muerte resonante
veo el vacío que se posa al frente
y pienso para mí
qué mundo maravilloso
veo el sol ingrávido y abrasador
a los fantasmas que alucino desde niña
los juguetes en vigilia desde el valle de lo siniestro
lo no humano durmiendo bajo un módulo antiradiación
y pienso para mí
qué mundo maravilloso
veo el medio electrónico en simulación
la enfermedad humana y la maquinal
huelo la grasa, lo que sobra, lo residual
el cuerpo muerto en su forma objetual
y pienso para mí
qué mundo maravilloso
veo el objeto volador, la conspiración
creo en la otredad orellana en conciliación
oigo travesuras cercanas del tercer tipo
transmitiendo en una espacial divagación
y pienso para mí
qué mundo maravilloso
veo lo terrenal, lo natural y artificial
el agua pasajera, lo animal, lo vegetal
veo un nido hecho de piezas descartadas
oigo el sonido de un trance mental
y pienso para mí
qué mundo maravilloso
pienso en la electricidad de los seres fluviales
asumo la tarea con paciencia de biólogo
tomo nota de sus formas esenciales
creo un modelo para poder entender
y pienso para mí
qué mundo maravilloso
veo el devenir inmenso con esperada conclusión
la muerte cerca que a veces acecha
veo el eco, las ondas, la impermanencia
oigo el rio seco y a la vez desbordado
y pienso para mí
qué mundo maravilloso
los días contados parecen infinitos
y la crítica de arte no es nada
al lado de la exposición al polvo
al calor y al frío, a virus y bacterias
a lo más salvaje y lo más humano
a lo más profano y lo más divino
Carlos Bonil
Artista y profesor de la Maestría en Artes Plásticas, Electrónicas y del Tiempo